Amontono tanto miedo,
disfruto cada gota gris resbalando por
sus curvas definidas y perfectas.
Conllevo la placidez, la pena y mi atadura con
el apacible crepitar de los granitos de tierra,
los escucho, ellos van marcando el tempo.
Cuidando mi silencio te espero,
junto a un reloj de arena que oscila y parpadea.
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